16.7.09

Arácnido en tu pelo

Habría que reivindicar desde ya el derecho de todas las personas a no estar. Pero no el "no estar" del que se sube al tren con iPod y PSP, sino el "no estar" para poder estar en lo impensable, en lo abismal, en lo inconcebible. Y para eso no valen ni cascos ni drogas ni vuelo sin motor; uno tiene que concentrarse en su voluntad para poder ir a la suya. Que le dé igual la gramática y los fines de semana, que le dé igual qué es verdad y qué mentira, que le dé igual el orden, el recato y pasar el aspirador. Se trata de conseguir, durante un día o un momento, que a uno no le importe lo que nunca le importó y de permancer en atención flotante, esperando el milagro.

Un amigo me contó que de pequeño confundía la letra de El día que me quieras de Carlos Gardel. Hacia la mitad del tango, Gardel cantaba "y un rayo misterioso/ hará nido en tu pelo", pero mi amigo entendía "y un rayo misterioso/arácnido en tu pelo/ luciérnaga curiosa/ que verás que eres mi consueeelo". Porque lo que más le gustaba en el mundo eran los cómics de Spiderman. Y si a él le parecía maravilloso tener una araña (además de la luciérnaga) en la cabeza, pues a ver quién tenía derecho a quitarle la ilusión, sólo porque la letra sea así. La letra, a partir de ahora, va a ser lo que yo diga. Y si ayer confundí, durante un segundo, un mapa de las áreas inundadas de Mumbai con un Kandinsky, pues fijáos el partido que le llegué a sacar.

1 comentario:

Rai Escalé dijo...

Jajaja, aracnido!Es que no hay quien entienda esa estrofa, joer!

Books'n'roll