29.6.09

Canciones de la nada

Me escribe Javi, que el sábado vuelve a la carga en la biblioteca Mercè Rodoreda. Siempre le he alabado las agallas de tocar en los bares, en el metro, en la calle y donde sea. No cualquiera es capaz de substraerse a público y contexto. Hace falta valor.

Este fin de semana estuvimos con Sara en su último concierto en el Cara B. Él y la acústica, teloneando a Desorden Juanra, rompiendo el hielo a cara perro. Nos encantó esa versión que toca siempre en las pruebas de sonido y "Road movie peninsular".

La cosa de la imagen, la web y el myspace es ya cosa de Pilar. Juntos han editado su primer EP desde su flamante plataforma Ovejasydiscos. A todos nos gusta mucho el nombre (a los de Radio3 también), así que ojalá publiquen bajo ese sello un montón de discos más.

Esperemos también que el sábado no haya muchos críos correteando entre el respetable.

El negro no es elegante

Está tan sobrevalorado que este título suena a herejía. Dicen que es impecable, perfecto, el color que siempre queda bien, aunque ya no veo por qué y el rollo empieza a cansarme. Tengo ganas de que se pase de moda y vuelva a ser cosa de mimos, viudas al uso y tribus urbanas decadentes. Y tiene miga que yo, nominada diez veces consecutivas a Cucaracha del Año, sea quien lo diga.
Christina Rosenvinge describía así en "Teclas negras" sus pintas cuando teenager:

Toda la ropa negra por si acaso
Era la hermana loca de Gregorio Samsa


Mauro Entrialgo dio en el clavo la semana pasada (pinchando la imagen se amplía):

Y Aurelio me hizo un día la siguiente reflexión, a cuento de una peli mala que pasaban por Xtrm: "¿Te has dado cuenta que ahora son los buenos los que van de negro? Mira Matrix, mira Expediente X".

No sé quién o qué me ha convencido más; lo cierto es que ya no puedo vestirme de negro de arriba abajo porque ahora lo asocio a la falsa modestia, al artista afectado o fingido, a las tallas grandes y al consenso social más grande desde el "No a la guerra". Por no hablar de que en verano da un calor que ahí te quiero ver.

27.6.09

Socatoba se cabrea

No sé si fue el jueves o el viernes que estuve en taller de Sonia, el que comparte con Edu a unos metros del final de La Rambla, siguiendo la pista del dedo de Colón. Esta mujer es muy bruta; pinta cada día sin parar y, si está cabreada, ni os cuento. Y ahora lo está, vaya si lo está. ¡Ah, los hombres!

Pero jodida y todo, ella se pone la música a tope y pinta. Pinta como si se hiciera el harakiri, como si le quedaran ocho minutos de vida, como si el lienzo tuviera la culpa de todo. Luego es un cielo de tía, serena, cabal, etecé, pero no quisiera yo encontrármela con un pincel en la mano, ya os lo digo.

Y al cabo de la calle, la pregunta: ¿hubiera sido mejor que su ex fuera un poco menos subnormal y ella nunca hubiera pintado, rota de rabia, Sentimientos encontrados, estos cuadros que se van directos a no sé qué expo americana? Para mí la respuesta es clara: sí, hubiera sido mejor, aunque no haya mal que por bien no venga.

Ayer estuve en Lenina

Ahí estaban, en el Fòrum de la Fnac, a punto de empezar la presentación de su primer disco, y eso que se habían jurado que nunca tocarían en un centro comercial. Yo llegaba tarde a algún sitio y cruzaba la galería por dentro, por acortar camino, cuando escuché los primeros acordes de "Lenina", mi canción preferida de La Banda. Desde que Dimas, su compositor, supo que me gustaba tanto, me la dedica en todos los conciertos. Entonces yo aplaudo y después, por derecho, me pongo a bailar.

Dimas es un creador nato, profundo aunque ligero, de alma roquera y guitarra funk que siempre te sale con algo nuevo. Cada vez que escucho "Two of us" de su otra formación, me la imagino con unos arreglos mejores y cantada por Chris Isaak, y se me agolpa el clémiso mientras caen las hidromurias. Todo genial, sí, pero no nació para frontman. No sé si se enfadó el día que se lo dije.

O sea que la otra tarde así estaba la cosa: él de guitarra con los del Polo Norte y yo con Helena y Pepe saltando entre abuelos y niños que lo mismo hubieran celebrado un CD de Georgie Dan (perdonadme el ninguneo pero si los adolescentes ven viejo a todo el mundo, los treintañeros creemos que la única edad cabal es la nuestra). Gran presentación al fin -Òscar, el cantante, es como el último bastión de líbido rock condal- e inmejorables ventas: agotaron las existencias.

Al acabar me acerqué, a dar dos besos y a reafirmarme como fan. Y a decirle a Dimas y a que me dijera que a ver si quedamos para esa birra que nos debemos desde 2005. La hemos arrastrado tanto que en algún momento pasó de cita probable a chiste privado. A estas alturas lo de menos es que nos tomemos la cerveza o no pero, puestos a elegir, uá, ojalá sea en Lenina.

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